Acerca de Oswaldo Villamizar
Me considero un eterno aprendiz de la vida, comprometido con la tarea de rescatar y preservar nuestros preciados ecosistemas, especialmente el bosque seco alto andino. Llevo 22 años inmerso en la belleza de Barichara, donde mi trabajo y pasión me han permitido investigar, documentar y colaborar estrechamente con científicos y biólogos especializados en diversas ramas, desde botánica hasta el estudio de insectos, aves, mamíferos y reptiles, abarcando regiones que van desde la Amazonía hasta la Guajira.
A lo largo de este tiempo, he desarrollado metodologías de reforestación centradas en la reproducción de especies nativas endémicas, a menudo poco conocidas. Mi enfoque se ha dirigido especialmente hacia especies promisorias, aquellas capaces de proporcionar alimento y salud tanto a los seres humanos como a la fauna autóctona. Un ejemplo destacado es el redescubrimiento de utilidades nutricionales en plantas como las orquídeas y cactus, cuyos beneficios alimenticios fueron conocidos y aprovechados en el pasado.
Colaborando con amigos y vecinos en sus fincas, hemos implementado procesos de reforestación y jardinería con especies nativas endémicas, atrayendo así a aves polinizadoras y mamíferos. Aunque inicialmente nos enfrentamos a desafíos con las técnicas tradicionales de siembra, mi dedicación a la investigación nos llevó a descubrir métodos más efectivos, incluyendo la reproducción por semillas y estacas, al tiempo que incorporé saberes ancestrales de comunidades indígenas y conocimientos de agrícolas mayas.
El involucramiento comunitario ha sido crucial para el éxito de este proceso. A través de talleres y capacitaciones, he compartido conocimientos con adultos y niños, fomentando el cuidado y la valoración de nuestro bosque seco alto andino. Mi enfoque se ha centrado particularmente en especies endémicas en peligro de extinción, especialmente aves, con el objetivo de proteger y equilibrar nuestro ecosistema.
Además, hemos logrado rescatar aljibes y nacimientos de agua, cruciales en nuestro entorno de bosque seco. La aplicación de saberes ancestrales ha sido esencial para regenerar los flujos de agua en estos manantiales. Actualmente, mantengo un vivero de especies nativas, rescatando y reproduciendo variedades locales en peligro de extinción mediante semillas y estacas.
Persisto en mi presencia en este territorio, con la intención de continuar investigando y protegiendo este ecosistema único. Comparto estos conocimientos, especialmente con los niños, para rescatar el valor y la belleza de nuestro bosque seco alto andino, una región que aún carece de la comprensión e investigación necesarias.